Las Hijas del Maíz
Esta colección se creó despacio, con tiempo, como la milpa se siembra y se va dando. El Jaguar la colección anterior «Bolom» nos maravilló, y fue difícil dejar continuar su camino. Ahora, llegan LAS HIJAS DEL MAÍZ.
“Alrededor del comal se forman las niñas desde los 1,2,3 años hasta las abuelas, y agarran el ritmo de hacer bolita, aplastar la masa en el tortillero, darle la primera vuelta y esperar que se infle en la segunda para salir y echarse el primer taco con sal… en mi caso, soy la única que empieza a robarse las tortillas calientitas.” De sus visitas desde 2004 a Zinacantan, Chiapas. Carmen Rion
En esta milpa nace Las Hijas del Maíz, la última colección de Carmen Rion, que es un homenaje a los ciclos sagrados del alimento que corre por nuestra sangre tal como corre Kox, ser divino que habita las milpas para los tzotziles, entre los maizales.
El trabajo de Carmen Rion se puede contemplar como una gran pieza; una infinita colección. Sin embargo, sus partes, unidas en un largo aliento, se desencadenan en posibilidades autónomas. Así fue con otras colecciones como Azul, Bolom y las más de treinta colecciones que han dado forma al cuerpo de su trabajo por más de 40 años.
Los intervalos no son métricos, ni escalonados. “En ocasiones pasan años antes de que logre terminar una colección” comparte la diseñadora mexicana; “en este caso, con las Hijas del Maíz, me tardé mucho más tiempo.” Quizás sea porque la artista ya estaba, en esa espera, en la contemplación del maíz: el maíz esperaba la lluvia para surgir; Carmen Rion esperaba al maíz para crear. “Pasamos años de sequía, años en donde comunidades enteras sufrieron por la falta de agua: no hubo maíz,” comparte la artista.
En los viajes recurrentes que la creadora realiza al sur del país,en donde trabaja con el grupo de artesanas Sna Maruch desde hace 20años, cierto día, notó cómo la luz pegaba a las razas del maíz y entonces lo supo. Era casi obvio; ¿cómo no lo había notado antes? La colección debía ser un homenaje al maíz y a las manos que lo siembran, cosechan, y dan forma.
Las Hijas del Maíz esta inspirada en este paisaje de dorados y matices rojizos pero también en la mazorca y sus colores imposibles: rojos, amarillos e índigos que se yerguen como un estandarte único; en las razas tumbadas, rendidas, y en la sagrada envoltura, la hoja del tamal.
Es un homenaje al alimento que ha dado forma a nuestra cultura y que la sigue consolidando cada día. Es también un llamado a la defensa de lo que es nuestro; a salir de nuestro lugar de confort y atrevernos a mirar los procesos intensos e infinitamente laboriosos del maíz; es una celebración a lo infinitamente seductora que es la unión.
Así también es como se proclama lo nuestro, pues esta colección como todo lo que crea Carmen Rion se realiza en un ejercicio conjunto con las artesanas que dan vuelo y forma; que entrelazan y depuran. “Una sola pieza son varios días de trabajo para cada artesana” comenta Carmen y es un trabajo constante, que se interrumpe por las faenas del día: el maíz, las tortillas, el frijol. Es así como se encuentra el cobijo y el alimento y como las manos que dan forma a las tortillas, de personas que acostumbran generar el alimento con sus propias manos, dan forma también a lo perenne.
Aquí nos tocó sembrar(nos)
Des era nar nos
Somos las hijas de tu madre
Azules Pintas Blancas Negras Y
Nos sobamos
Y frotamos y flotamos
Porque somos Somos Elixir
Tierra nutrida por danzas de Las Magdalenas
Y después, bajo la luna, nos cobijamos
y encapuchamos. Nos hacemos tamal
falda, blusón, abrigo
Y así nos arropamos, nos hacemos tortilla
Brazos del solo cuerpo, hermanas, madres:
La hijas del Maíz.