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Paisaje Mocheval
El proyecto de “PAISAJE MOCHEVAL”, es un viaje íntimo, que comenzó a partir de la curiosidad de Mari Carmen Rion, en relación al tejido en telar de cintura, y el bordado de la vestimenta tradicional de las mujeres de Zinacantán, Chiapas, y el viaje hacia esta región por carretera.

Una pieza de mocheval viejo a un costado de la carretera, fue la primera piedra de este análisis. El paisaje impacta el arte. El arte refleja el paisaje. 

El mocheval es la pieza clave de este estudio, es a través de este chal- rebozo, que se puede ver la influencia del ambiente en la moda local. Las mujeres de Zinacantan portan sus mochevales como joyas, es un símbolo de su cultura. Venden los mochevales entre ellas, no los comercializan.

Cada mocheval es una pieza única, con un valor de apróximadamente 3,000 pesos.

Utilizan técnicas antiguas de tejido como el ‘ticbil’ que es un tejido escondido en una triple tela, y el ‘hachum’ un tejido de cuadros.

Es un proyecto que intenta por un lado, rescata las técnicas de tejido de la zona de Zinacantán ,Chiapas, y por otro lado combina el trabajo de un grupo de mujeres artesanas-artistas, con el trabajo y experiencia de una diseñadora textil y de moda.

Lo sorprendente de la visión de las artesanas es como el ambiente, el clima, la vegetación y la tradición determina las formas y colores de los mochevales que confeccionan.

Rescatar algunas técnicas de tejido en telar de cintura han ido desapareciendo.

Ticbil, Hachum tambil, y el bordado a mano en brocado y punto de cruz.

El proceso del taller inició con un ejercicio de fotografía, cada mujer tomó una fotografía del paisaje que quisiera.

Después hizo un dibujo o pintura en base a esa fotografía.
Se les fue guiando para resaltar la noción de escalas, planeación y diseño de su dibujo.

Vista del paisaje desde casa de Josefa Gomez, Perez, Jechentic

A diferencia de otros proyectos, en este “Paisaje Mocheval” Carmen Rión trasmite su conocimiento de diseño a las artesanas, y se logra una simbiosis de diferentes culturas y talentos, para generar nuevos diseños.

Pasando por el dibujo de flores. A partir de los cambios en el mocheval -según su observación como diseñadora de moda-, va sucediendo el diseño de las demás prendas, que son la blusa, y después la falda y la banda.

El taller que duro primero 4 días, en el que cada mujer aprendió a mezclar colores de gouache, a usar pincel y a imaginarse un nuevo formato de mocheval, partiendo de su fotografía.

Se hicieron trazos de proporción para saber trabajar a escala. Este proceso lo hacen ellas cotidianamente pero sin un método, utilizando su intuición y talento

A partir de un mocheval de lana, de hace 40 años aproximadamente, Carmen observó este tejido, llamado “hachum”, en el centro

De una foto de la niebla… a la pasarela

Ana Luisa Anza https://cuartoscuro.com/revista/de-una-foto-de-la-niebla-a-la-pasarela/

Hace casi 8 años, Carmen miraba a través del vidrio del vehículo que la transportaba no sólo a los Altos de Chiapas sino –y ella no lo sabía entonces– hacia una nueva forma de ver la vida, hacia la necesidad de incorporar lo que otros ven, hacia el paisaje que de alguna manera compartiría para hacerlo suyo.

Impresionada, veía surgir de entre la densa niebla a esas mujeres de hermoso vestuario cargando leña en sus espaldas, a las orillas de la carretera. Tomó unas fotografías con el celular: quería conservar la espesa neblina para siempre.

Esas fotos cambiarían su arte y la forma en que había pensado realizar el proyecto por el que se encaminaba a su destino. Invitada por el Foro para el Desarrollo Sustentable y para dar un taller de diseño textil al grupo Mujeres mayas de Jovel, quizá jamás pensó que saldría tallereada y que, de entonces en adelante, su mirada sería parte de sus creaciones como diseñadora de moda. Carmen Rion, la marca, daría un viraje.

Todo, por descubrir una prenda que la cautivó. El mocheval –palabra tzotzil que significa rebozo– es una pieza rectangular de 40 a 50 centímetros de ancho por 120 de largo que las mujeres de Zinacantán usan como capa, la cual puede cerrarse al frente o de lado, o bien hacer las veces de paraguas cuando llueve. De la parte superior cuelgan los putsulal, unas pequeñas riendas que sirven para abrocharlo y que, en su origen, eran los hilos que quedaban de la urdimbre, como para no desperdiciar nada.

“Tomé fotografías de muchos paisajes nublados y simultáneamente compraba algunos mochevales viejos en los mercados o entre las artesanas”, dice. “Con esto llegué a la conclusión de que el paisaje y el mocheval tenían que ver en su diseño original, como una abstracción gráfica de los que las rodea, además de ser un elemento de moda que va contando el tiempo”.

“Mi interés fue entrar en un proceso de diseño, diferente de la forma intuitiva en que ellas trabajan, dando lugar a viejas técnicas de bordado y tejido que se están olvidando”, explica. “Apoyadas por Carolina Flores, cada una fotografió su paisaje, después trasladamos al papel los colores con pincel y gouache y cada quien hizo un ejercicio ticbil y hachum, después dibujamos flores reales, no inventadas, para al final bordar las flores en un mocheval original”.

El mocheval, el mismo que surgió de un paisaje atrapado por una fotografía en la carretera, el que fue planeado con pintura e hilos, el que fue tejido en la forma ancestral de las artesanas-artistas mexicanas, es parte ahora de la colección de la diseñadora Carmen Rion, quien integra esta prenda como capa, como adorno, como falda… el color de la naturaleza de los Altos de Chiapas en la pasarela.

Project Detail
Date:
26 March, 2015
Category:
Client:
Paisaje Mocheval, exposición